Pero empecemos, porque antes de llegar pasaron cosas bonitas.
Salimos a las 6 y media de la mañana y debo reconocer que los chicos me contagiaron su excitación de forma que el viaje en taxi hacia el aeropuerto, tan temprano, supuso el salir de un cascarón demasiado visto y gris, para adentrarse en una experiencia nueva para los 3, que nos iba a sentar bien. Los motivos, los dejaré para más adelante. Sé que hablaré de ello, pero ahora no toca.
Paula nos vino a buscar. Sus chicos llegaron del cole. Y nos conocimos en directo, por fin. Momentos raros, porque Nil y Lúa se dieron cuenta de que no se podían expresar cmo ellos querrían, pero al final, el juego pudo centrar su atención y las cosas comenzaron a fluir mejor. Paloma y Henry son encantadores, y, aunque estábamos cansados (Lúa se quedó dormida) fue bonito y emocionante.
Aquí los cuatro desayunando:
Y vino el resto de la family, y Paula pensó que nos molaría algo americano, así que cenamos burgers y más cosas, y estuvimos muy bien.
MUCHAS GRACIAS :)
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