jueves, 7 de enero de 2010

Placentera jornada post reyes en casa

Hoy ha sido una jornada deliciosa. Todo el día en casa. Ha llovido y ha hecho mucho frío fuera, pero dentro había un calor y una paz que echaba de menos. Quizás es que es tarde y me cuesta encontrar las palabras para describir lo que intento todo el día plasmar aquí, pero que, obviamente :)).. no he podido hacer hasta ahora, las 0.32.

Me fascina la inocencia de Manu y su total credulidad ante la magia de sus majestades, a los que intenta esconder pequeños actos que sabe que no están del todo bien, pero que al fin y al cabo no hace con malicia. Es consciente de que "es un poco brutote" pero me desvivo para sacar a relucir su lado más lindo y bueno, embadurnándonos de "te quieros" a diestro y siniestro. Esta tarde me ha querido acompañar a la calle, y ha cogido de nuestro árbol de Navidad una bola brillante y verde. Yo no había reparado en su presencia porque nuestro árbol está lleno de cositas viariadas. Parece ser que él la había birlado del árbol de la portería, y el gusanillo de la conciencia no le dejaba estar tranquilo. Su plan era devolverla al árbol sin decir nada, pero lo tuvo difícil, porque al bajar, ya lo habían recogido. Pero ha tenido la valentía de devolverla. Me ha gustado :)

Se ha pasado el día intercalando juegos en solitario con otros con Nil, como el Scalextric (al que Manu le ha añadido pistas él solito, recordándomelo por cierto constantemente para que yo alabara esa proeza) que al final ha sucumbido al poder del Lego y le ha montado a su hermano una estructura. Nil, que este mismo verano supo el secreto mejor guardado de esta casa, ante lo cual me sableó a preguntas inmejorables como "¿de dónde sacabas el pipí de camello?" o "¿a dónde y cuándo ibas para que te dieran los juguetes?". Hoy, sus preferencias han sido: luchas entre figuritas de Star Wars, letras de canciones que le emocionan, o cómics de Detective Conan... Que por cierto han tentado a Lúa todo el día, justo el inmediatamente anterior al inicio del cole, repleto de deberes. Pero con los patines puestos, en pijama, y con un abanico de cómics por escoger, ha podido acabarlos a una hora prudente. Mañana me despertará bien pronto, así que yo me iré a la cama ahora, orgullosa de tener estos hijos tan y tan estupendos, que aunque me hagan invertir una energía infinita, me regalan el doble de ella.

En el momento más duro de mi vida, con el vacío enorme que siento, gracias a ellos sigo adelante, porque aunque tenga que repetirles las cosas mil veces, griten de vez en cuando, dejen las cosas tiradas por ahí hasta que me enfado... son maravillosos, estupendos y... qué caray, son mis hijos, y les quiero inconmesurablemente.

Y aquí, como no, un par de fotos del dia de reyes... (mejor meto el resto en picassa AQUÍ):

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